
23 Nov Navidades 2020: coronavirus, familia y distancia social.
El Coronavirus nos ha trastocado todos los planes y nos ha añadido peso psicológico a nuestra vida.
Consecuencia de la pandemia los estados de depresión y ansiedad se han agudizado y pensar en navidades es añadir otra pequeña piedra a nuestra mochila.
Es previsible que tengamos una Navidades difíciles y complicadas, en la que no nos vamos a poder reunir con nuestros seres queridos como siempre hemos hecho.
Esta situación podría ser más o menos sostenible si no lleváramos desde marzo distanciados de todas las personas que queremos.
No sabemos muy bien que secuelas va a traer a nivel psicológico el hecho de no poder reunirnos en Navidad, puesto que es algo novedoso, por lo que no hay estudios ni datos que nos puedan anticipar lo que va a ocurrir tras las fiestas.
Lo que si ya sabemos es que tras el confinamiento ha habido un aumento sustancial de personas que han buscado ayuda por problemas depresivos, de ansiedad y de estrés postraumático.
Por lo tanto, es previsible que aumenten los problemas depresivos y de ansiedad, sobre todo en aquellas personas más vulnerables psicológicamente.
Algunas consecuencias de las Navidades Covid.
Hay muchas personas que viven solas y que en estas fechas se reúnen con sus familias pasando estos días en compañía de sus seres queridos. Como el apoyo social y familiar es un factor de prevención de problemas depresivos, el hecho de no poder contar con este apoyo estos días puede afectar más a estas personas.
Otro problema que yo creo que va a aumentar es el de las adicciones. Si la Navidad normalmente es un tiempo en el que hay un abuso habitual de sustancias incluso en personas que no son adictas. En estas navidades con las especiales dificultades a las que vamos a tener que hacer frente y teniendo en cuenta que las conductas adictivas son las estrategias de afrontamiento que el adicto usa habitualmente, es muy probable que haya un incremento en recaídas en el consumo.
¿Qué podemos hacer para mejorar estas navidades en pandemia?
Como no podemos cambiar nada, lo que sí podemos hacer es afrontar la situación de la mejor manera posible. Para ello, tendremos que intentar mentalizarnos de que no van a ser unas Navidades al uso, sino que serán muy diferentes de las que hemos vivido hasta ahora. Es importante recordar que hacemos todo esto por un buen motivo, encontrar un sentido al por qué no me puedo reunir con mi familia nos va a ayudar y va a hacer más fácil y llevadero el esfuerzo realizado.
Tendremos que desdramatizar. Está claro que es una situación triste, pero tenemos que pensar que solo son dos semana, que después de todo lo que llevamos pasado, esto es poco tiempo. Hay que evitar los pensamientos tremendistas, que nos hacen ver una realidad catastrófica. No hay que olvidar que el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación ante los cambios. El ser humano ha sido capaz de hacer frente a numerosas dificultades a lo largo de la historia: guerras, terremotos… y muchas veces hemos salido reforzados de este tipo de situaciones.
Es importante también relativizar, no darle a estos días más importancia de la que tienen. Tenemos idealizada la Navidad, pensamos que en este tiempo todo tiene que ser maravilloso e ideal, y no tiene por qué ser así, de hecho, hay mucha gente que lo pasa muy mal en Navidad, y que esta situación puede ser la excusa perfecta para no reunirse, por lo que puede ser en lugar de un problema un alivio.
Yo recomiendo afrontar la Navidad con buen ánimo, no refugiarse en la apatía, la desmotivación y la desgana, ni estar constantemente quejándose, esa actitud solo nos va a generar más malestar. Es importante ser creativos a la hora de pensar en posibilidades para reunirse con las personas a las que queremos de manera que no sea un riesgo, buscar alternativas y tener una actitud positiva, como ya hicimos durante el confinamiento.
No idealices las navidades pasadas y aprovecha las nuevas, deja la melancolía y la tristeza e intenta vivir las mejores navidades posibles dentro de tus posibilidades. Si estas solos los días gordos, prepárate una buena cena, lo más especial que se pueda, arréglate exactamente igual que si estuvieses acompañado y si es posible comparte esta cena con la familia o amigos a través de videoconferencia.
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